Raquel Forner (Buenos Aires, 1902-1988) estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes y egresó con el título de profesora de dibujo en 1922. Continuó su formación en París entre los años 1929 y 1931, allí se vinculó al Grupo de París. En contacto con las vanguardias europeas, rompe con las rígidas premisas de la pintura académica. Entonces aparecen en sus pinturas, la simplificación y geometrización de las formas, el rebatimiento de los planos y la fragmentación de elementos entre otras particularidades. Regresó a Buenos Aires con nuevas ideas y se unió a los artistas plásticos y escritores nucleados en Grupo de Florida que inspirados en las vanguardias europeas propusieron una renovación de las artes en América latina.
En esta pintura denominada Potestad, (1950 Óleo sobre tela, 127 x 86,5 cm), vemos recursos plásticos con los que comienza a trabajar a partir de su aprendizaje con el maestro fauvista Othon Friesz : El color –símbolo, oposiciones cromáticas componentes y elementos de la abstracción, de naturalezas muertas, figuras humanas y paisajes metafísicos se conjugan como una imagen literaria, una especie de imagen premonitoria o de misterio que la artista intenta captar a través de la pintura como un impulso de liberarse de algo que la inquieta y atemoriza.
Forner sostenía que el mundo estaba conformado de realidades metafísicas y que el razonamiento no le ayudaba a acceder a las mismas, solo podía captarlas con la intuición y expresarlas mediante la pintura.